domingo, 8 de julio de 2012
Todo se complica
Juguemos
a que no me importas una mierda, echémosle un pulso al dolor que me causa verte
con ella. Pararse a pensar si de verdad mereces la pena, valorar si sigues
siendo esa persona que un día quise a morir. Hagamos como que yo nunca te dije
que te quería, finjamos que tú jamás me hiciste llorar. Quitar tu risa del tono
del despertador, olvidar a que sabía tu voz todos los días a las 11:30 de la
mañana. Escondamos en un cajón el tango de tus manos, desterremos tu olor lejos
de la cordura. Perder de vista tu caminar, volver la cabeza si me llamas. No nos
permitamos una recaída más, aprendamos a ser fuertes. Creemos un escenario en el
que tú no seas el artista principal, viajemos en cometa a dónde no está escrito.
Aceptar que nunca seremos más que esto, retirarme a un lado ahora que estoy a
tiempo y tú me lo pones fácil. Como diría el poeta, todos estas cosas serían mi
imposible. Y olvidarme de él, el más difícil todavía.
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